curso 2001-02

 

 

PROGRAMA

 

LOS NÚCLEOS TEMÁTICOS QUE VAMOS A TRATAR SON ÉSTOS:

– El papel de los sentimientos en nuestra vida.

– El arte de "tejer con tres hilos": crecer como persona, como pareja, como padres-educadores.

– Nuestro proceso emocional:

Recorrido por las edades.

Algunas emociones en particular: la ira, el miedo, la tristeza.

El aprendizaje de los sentimientos a través de la educación.

Cómo educar la llamada "inteligencia emocional".

Los días de realización del curso serán:

Día 14 de noviembre
Día 12 de diciembre
Día 16 de enero
Día 6 de febrero
Día 6 de marzo
Día 10 de abril
Día 8 de mayo
Día 5 de junio

A veces tenemos la impresión de que muchas conductas propias o de nuestros hijos no tienen una explicación lógica; y tampoco son debidas a la falta de voluntad.
Entonces nos podemos preguntar: -"Pero, ¿por qué mi hijo se comporta así?".

Es muy probable, también , que esa misma pregunta se la haya hecho alguien respecto de nosotros.
Podemos observar que, entre nuestras ideas, principios o esfuerzos, … y nuestra conducta, se "cuelan" sentimientos, "creencias aprendidas", emociones, que realizan una función como de filtro que facilita o dificulta la relación entre lo que sabemos y queremos y lo que en realidad hacemos. ¿No hemos observado que cuando estamos bajo la fuerza intensa de una emoción no estamos ni para "lógicas ni contemplaciones"?.
Lo mismo les ocurre a nuestros hijos.
En la Escuela de Padres, este año queremos tratar precisamente de la "dimensión subjetiva" de los valores y de las metas educativas; del "interés vital" que debemos suscitar en nuestros hijos por los valores que nos parecen dignos.
Se trata de que nuestros hijos vivan como bienes sentidos y gustados lo que nosotros, educadores, les proponemos como valores objetivos. Que ellos puedan decir ante nuestras propuestas: -"me interesan, me gustan, me convienen, me siento capaz, me siento ayudado y acompañado, merecen la pena, es lo mejor para mí,…"
Si en la educación de nuestros hijos no sabemos cuidar este aspecto tan importante como es la educación de los sentimientos, muchas de nuestras propuestas, por muy valiosas que sean, pueden quedarse en meros consejos ineficaces o en ideas abstractas, sin relación ni implicación en su conducta.
"La educación es cosa del corazón". Se trata, pues, de ganar el corazón de nuestros hijos para que ellos puedan ponerse de parte de lo mejor de sí mismos (y que seguramente no conocen); de parte de su crecimiento integral sin que se resignen a ser personas "mutiladas".
Estamos convencidos de que para orientar y actuar la educación de los sentimientos, emociones y "creencias" -precisamente por ser cosa del corazón-, el ámbito adecuado, propio, más eficaz y de mayor incidencia en los hijos, es la familia.
Otros ámbitos – el Colegio, por ejemplo – puede y debe reforazar, ayudar, colaborar en la misma dirección; pero, aunque se lo propusiera, nunca podría suplir a la familia.